TEORÍA TBSE: LA BALANZA

La vida está llena de elecciones, y muchas de estas decisiones involucran a otras personas. Ya sea con nuestras parejas románticas, amigos, familiares o colegas, descubrir qué hacer juntos puede ser emocionante y desafiante a la vez. El secreto para tener una relación saludable radica en encontrar un equilibrio donde se consideren y respeten los deseos y preferencias de todos. En esta publicación, exploraremos una teoría que se enfoca en lograr armonía en la toma de decisiones entre tú y otra persona. Lo más importante en un equilibrio es qué pesa más. ¿Lo bueno o lo malo? ¿Lo que quieres tú o lo que quieren las otras personas?

Cuando se trata de relaciones, la toma de decisiones puede llevarnos por tres caminos diferentes.

  • En primer lugar, está el fantástico escenario en el que ambos estamos en la misma sintonía, ¡haciendo que las elecciones sean pan comido!

  • Luego, están esas situaciones en las que una persona está muy emocionada por hacer, mientras que a la otra no le importa hacerla, pero tampoco es lo que más le apetezca.

  • Por último, está la más complicado de todas: cuando una persona quiere hacer algo, pero la otra está totalmente en contra.

Entonces, ¿que hacemos en estas situaciones? ¿Cómo determinamos qué deseos tienen prioridad? ¿Existe una fórmula mágica para encontrar ese equilibrio perfecto?

PRIMER ESCENARIO

En el primer escenario, ¡todo parece perfecto! Ambos queremos hacer lo mismo, y parece un ajuste perfecto. ¡Es genial cuando las decisiones son sencillas y están en la misma sintonía!

Pero espera, recordemos algo muy importante: ¡la honestidad! Al tomar decisiones juntos, es crucial ser completamente sinceros sobre cómo nos sentimos. No dejes que el miedo al juicio o las represalias te impidan expresar tu verdadera opinión. Ser abierto y genuino es la clave para mantener una relación saludable.

SEGUNDO ESCENARIO

En la segunda situación, las cosas aún lucen bien. Quizás uno no está demasiado emocionado acerca de la elección que la otra persona quiere, pero estáis bien con eso. ¡Eso es bueno! Manejar este escenario es más fácil, y vale la pena apreciar el esfuerzo que la persona menos entusiasta está haciendo para ir junto con la decisión y hacer feliz a la otra persona.

TERCER ESCENARIO

Ahora viene la parte complicada: el tercer escenario. En mi perspectiva, hay una regla esencial que SIEMPRE debe seguirse: ninguno debe caer por debajo del "promedio" en la escala de equilibrio.

Imagínalo como una escala de tres niveles:

  • La parte superior es "Estoy emocionado/a de hacerlo."

  • El medio es "No me importa hacerlo, está bien."

  • Y la parte inferior es "Realmente no quiero hacer esto. De hecho, me hará infeliz. Me sentiré incómodo/a o molesto/a, y preferiría no hacerlo."

En este caso, la opinión de la persona que se encuentra en la parte baja de la balanza debe prevalecer. Incluso si uno está emocionado/a por algo, si va a hacer infeliz a la otra persona, es mejor no hacerlo.

A menos, por supuesto, que no hacer esa acción te haga infeliz a ti en su lugar. Recuerda, cuidar de ti mismo/a y tus sentimientos siempre debe ser una prioridad. Aunque este es un caso más complicado y según la relación se tratará de una forma u otra. Lo importante es que haya comunicación.

Conclusión

En las relaciones, tomar decisiones juntos es como una forma de arte que combina comprensión, compromiso y empatía.

Hemos explorado tres escenarios diferentes que ocurren cuando dos corazones se unen para tomar decisiones.

En el primer escenario, cuando ambos quieren lo mismo, ¡es pura alegría y unidad! Ser honestos acerca de nuestras preferencias es vital para una relación saludable, ya que construye confianza y respeto.

El segundo escenario nos enseña la belleza del compromiso. A veces, las decisiones no siempre serán exactamente lo que queremos, pero tomarlas con amor puede crear conexiones más profundas y fortalecer nuestro vínculo.

Y en el tercer escenario, cuando las emociones chocan, necesitamos acercarnos con empatía y sensibilidad. Considerar los sentimientos de la otra persona, incluso si eso implica renunciar a nuestros propios deseos, muestra nuestro compromiso y ayuda a nutrir una relación duradera.

Recuerda que no hay una fórmula única para la toma de decisiones perfecta en las relaciones.

Se trata de abrazar la singularidad de cada conexión y encontrar ese delicado equilibrio que funcione para ambos.

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